13 abril, 2010

Madrastra YO???

en este me he reido bastante, chequeenlo..
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MADRASTRA YO???

viernes, 5 de junio del 2009 a las 12:59
De niña soñamos a menudo con ser una princesa encantada, encontrar un apuesto príncipe azul y vivir juntos y felices comiendo perdices. Desde pequeñas nos entrenan para la ternura, para cuidar de otros seres más pequeños y necesitados, para dar fuerzas al mundo y alegrarnos de los éxitos ajenos. Pero lo que quizás nunca se nos pasó por la cabeza es que en ese maravilloso cuento de hadas nos tocaría ejercer otro papel: el de madrastra. Ser madrastra, es un destino que de niñas ni soñamos tener, es una especie de «maldición» de la que algunas mujeres huyen porque lo ven como fuente de muchos problemas y pocas gratificaciones. Pero la realidad que se vive en la mitad del planeta, donde crece el número de divorcios y familias reconstruidas es innegable. Por suerte hoy detrás de esta figura tantas veces denostada por las leyendas de hadas ya no se encuentra una malvada esposa que hace la vida imposible a los hijos de su marido, sino que la constante recomposición de las familias, en la actualidad lleva a encontrarse con esta figura cotidianamente. Aquí es extremadamente necesario decir que amo el mundo Disney, me declaro fanática perdida de Mickey Mouse y sus amigos pero debo repudiar el papel tan tenebroso que siempre ejerce la madrastra en cualquier historia destinada a niños. Estoy cansada de decirlo, escribirlo, cantarlo y ya hasta estoy intentando dibujarlo y bailarlo, además de hacer algunas estatuillas, NO TODAS LAS MADRASTRAS SON MALAS. Por Dios, cómo los hijos de nuestras parejas no nos van a odiar, temer o ignorar si continuamente la historia de la mujer mala que pretende alejarlos de sus padres se repite mas que el mito de la Sayona? Estoy hasta la coronilla de encontrar en cada nueva película o cuento de hada el mismo estereotipo de la madrastra fea, vieja y malvada o el otro extremo; linda, joven y despiadadamente ambiciosa. El estigma de ser la «intrusa» tiene un alto costo emocional muy alto para la madrastra, reflejo de esos estereotipos heredados de generación en generación, al punto de que todas las niñas en sus juegos quieren ser Cenicienta o Blancanieves, pero ninguna acepta de buena gana ser la Madrastra, dicho así, sin nombre propio, porque ni ese derecho les concedió la literatura. Al hablar del rol de la madrastra nos vienen a la mente muchos estereotipos, pues la imagen que se nos ha presentado de ellos es de discordia, problemas, odio etc. En muchas ocasiones, el sólo hecho de saber que se tendrá una madrastra puede ser negativo, ya que generalmente es la figura que representa competencia, oposición, y rivalidad, por lo que debemos prepararnos para manejar la resistencia, sea esta intensa o sutil. Por Dios santo, hasta cuando nuestro mundo se va a sostener en el mito de Madrastra = Bruja? Durante años hemos sufrido bajo la teoría de que la mujer debía ser madre para realmente considerarse, justamente, mujer. Ahora que, más o menos, estamos superando esta etapa nos atacan con esta otra versión de la especie femenina no valorable. No es justo. Y es que la cosa de verdad es complicada y no exagero porque el eco incansable del mito se repite una y otra vez y está ahí… respira, se mueve, vive, ¡Te rompe soberanamente los ovarios! Y no solo esto nos juega en contra, sino que ademas (por extensión del estereotipo de madrastra) el hijastro es mostrado al mundo (sobre todo infantil) como el olvidado, relegado, maltratado y no querido como “verdadero” hijo… Más triste no había ¿no?
 Ahora que escribo, me pongo un poco paranoica, ya parezco Armand Mattelart y Ariel Dorfman (sí, los dos juntos ¿ y qué? ) No pretendemos que nuestros hijastros traicionen a sus progenitores. Por lo menos, yo NO PRETENDO ROBARLE A LA MADRE EL AMOR DE SUS HIJOS. No soy una bruja, no soy malvada, no soy vieja, no soy fea, no soy joven, no soy linda, no soy despiadadamente ambiciosa… Se lo que soy, SOY UNA MUJER QUE SE ENAMORÓ ¿Qué, acaso es pecado? SOY UNA MUJER QUE QUIERE A LOS HIJOS DE SU NOVIO ¿Es muy loco creerlo? Y no solo eso, los quiero, los siento parte de mi, de mi historia y me importa muy poco el contexto y el imaginario social que hay creado en torno a las madrastras. Yo soy diferente a esta farsa. Mis hijastros son únicos. Ambos amamos a la misma persona y de maneras diferentes,eso si. Ser madrastra es todo un reto, porque no siempre las verdaderas madres están dispuestas a que sus ex parejas, unan a sus hijos con una nueva mujer. Sin hablar del temor lógico que siente el hombre de que su nueva pareja, no acepte a sus hijos, y por ello él muchas veces pone una barrera que indica directamente que sus hijos son mas importantes (COMO DEBE SER). Sin embargo creo que aquí caben las siguientes interrogantes: Y si fuera yo quien tuviera 1, 2 y hasta 3 “cajitas felices” a bordo? Los aceptaría cualquier hombre sin dudarlo? Honestamente no lo creo!! Los hombres suelen huir con una facilidad increíble cuando se encuentran con uno de estos “paqueticos”. Si en su mayoría le huyen a una relación seria y al matrimonio, y le temen a una mujer exitosa con mucha mas razón salen despavoridos si esta tiene hijos. Las mujeres en cambio somos mucho mas valientes y menos catastróficas a la hora de ponerle el pecho a las balas. La mujer es genuina, ama, lucha, se entrega y es capaz de dar amor incluso a unos hijos que no han salido de su vientre. Otra cosa que no comparto ni creo justo es hacerles sentir a los niños que traicionan a su mamá si les cae bien la nueva pareja de su padre. Lo ideal sería que pudieran contar con ambas para crecer saludables, fortalecer su personalidad y aprender a establecer relaciones armoniosas con todo tipo de personas. La familia de la madre biológica influye mucho en este caso, esté ella presente físicamente o no. Todo el mundo merece a cualquier edad saber cuál es su origen y tener espacio para relacionarse con sus parientes, pero ese vínculo debe estar basado en el respeto al derecho de cada quien de elegir pareja y además presentársela a los hijos en el momento que considere oportuno. La madrastra moderna tiene nuevos retos para organizar la vida en su hogar, enfrentando con paciencia y sabiduría los viejos prejuicios que aún persisten contra su papel de madre sustituta. Tal comportamiento responde de algún modo a la mala reputación que por siglos se ha dado a este rol familiar desde la literatura clásica, el ballet, la pintura y otras manifestaciones artísticas, en las que estas madres por sustitución, si no son brujas, al menos las pintan como egoístas, envidiosas, malévolas, interesadas... El vínculo amoroso con el padre, las razones del nuevo matrimonio, la responsabilidad que entraña atender a unos hijos que no son propios apenas se analizan cuando el asunto se aborda con superficialidad. A pesar de los escollos culturales y sociales, la mayoría de los infantes de este siglo logra entenderse bien con su madrastra cuando esta les trata con dulzura y deja bien sentadas las pautas desde el inicio de la relación. En tal éxito influye la empatía que la mujer logre desarrollar con esas personitas a su cargo y el tiempo que destinen a conocerse mutuamente. Especialistas del tema aseguran que ser hijastro o hijastra será menos complejo si todos los adultos significativos logran expresar adecuadamente su afecto, se llevan bien entre sí, adoptan un estilo de disciplina coherente y además logran estar unidos a la hora de tomar grandes decisiones, incluso para compartir alegrías o enfrentar problemas de la cotidianidad. Tal vez lo más difícil de unificar sean los intereses culturales, las filosofías de vida, las posturas ideológicas o la forma de enfocar algunos aspectos que afectan la comunicación frecuente con el padre o la madre, pero todo tiene solución si se conversa civilizadamente. Hoy quiero dedicar este blog a todas aquellas mujeres que asumen la atención de los críos del esposo como si hubieran nacido de su propio vientre. Mi respeto va para aquellas mujeres que aprendieron el arte de regalar un beso después de aplicar un buen regaño, las que aplauden una buena nota o curan un dedo magullado, y además saben guardar secretos de maldades, remiendan medias y corazones, comparten golosinas entre «medios hermanos» y logran ser justas a la hora de señalar culpables.

Gracias por leerme.
Espero les guste.
☆☆Ale_online☆☆
τσdσs lσs Dεяεcнσs яεsεяvαdσs
cσρчяιgнτ ©2009

2 comentarios:

valbri dijo...

sigues con èl???

Anónimo dijo...

bueno para alguien q es la madrastra no es mui dificil pero deberias ponerte en los zapatos de tus hijastros...lo que esta mal es cuando tus hijastros te llaman "usurpadora" cuando en realidad tu no tuviste nada q ver con el divorcio de sus padres, en cambio si tu esposo se divorcio de la madre de sus hijos por andar contigo eso seria divorcio por adulterio y ahi tus hijastros si tendrian razon en odiarte y catalogarte como " la puta" de su padre